Estilos de crianza y su influencia en la salud mental infantil: una mirada desde la Psicología.
La infancia es una etapa crítica del desarrollo humano en la que se establecen las bases emocionales, cognitivas y sociales que influirán a lo largo de toda la vida. Desde la Psicología, sabemos que el ambiente en el que crece un niño, particularmente la forma en que es criado tiene un impacto directo en el desarrollo de estructuras cerebrales clave, como la corteza prefrontal, la amígdala y el hipocampo, regiones involucradas en la autorregulación emocional, la toma de decisiones y el aprendizaje. En este contexto, los estilos de crianza juegan un papel determinante en la salud mental infantil.
Pero bien ¿Qué son los estilos de crianza?
Los estilos de crianza son patrones consistentes de comportamiento parental que incluyen actitudes, normas, expectativas y formas de disciplina. Se identifican 3 estilos de crianza:
- Autoritario: en este estilo los padres y madres ejercen un fuerte control sobre sus hijos para asegurarse su obediencia por lo que pueden restringir mucho su autonomía, algunas frases que pueden representar este estilo educativo es, “Tienes que hacerlo porque lo digo yo”, “Lo que haces está mal”, “Si no me obedeces, te quedarás sin jugar” no entran a explicar por qué algo debe de hacerse de un modo o de otro, no llevan a cabo un diálogo, discusión o diferencia de opiniones con el menor, se suele imponer el criterio del cuidador.
- Permisivo-negligente: Estos padres y madres establecen un bajo control sobre el comportamiento de sus hijos. Las normas que se establecen no son claras o estas pueden cambiarse según el deseo de los cuidadores o de los hijos, no por motivos que la justifiquen. Por tanto, los niños pueden quedar confundidos, ya que no llegan a conocer en qué momento es pertinente comportarse de un modo u otro o cuáles son sus responsabilidades. Algunos ejemplos son: padres y madres que dicen “cuando termines la tarea podrás jugar”, “si apruebas la asignatura tendrás un premio por ello”, pero finalmente si no se cumple con la responsabilidad puede que también tengan el premio o jueguen.
- Autoritativo o democrático: os cuidadores tratan de ejercer un control flexible sobre sus hijos respetando las necesidades propias del desarrollo, entendiendo sus errores y dificultades como parte de su crecimiento, prevalece el diálogo y la negociación. Son padres y madres que establecen normas y límites, pero también son flexibles ante ciertas situaciones. Consideran que los niños tienen derechos y deberes, por tanto, para enseñarles también hay que escucharlos.
Influencia de los estilos de crianza en la salud mental infantil.
Desde una perspectiva neuropsicológica, los estilos de crianza influyen en el comportamiento observable y también en la estructura cerebral y los sistemas relacionados con el estrés, la empatía, la motivación y la resiliencia. A continuación, se explicará cómo se produce esta influencia:
1. Estilo autoritativo (democrático): protector del bienestar psicológico
Este estilo ha demostrado ser el más beneficioso para la salud mental infantil. Los niños criados con límites claros y afecto desarrollan:
Los niños suelen presentar mejor autorregulación emocional, gracias a un entorno predecible y seguro, asimismo una mayor autoestima y autonomía. De la misma forma suelen mostrar mayor resiliencia ante el estrés, ya que aprenden estrategias adaptativas desde temprana edad. A nivel cerebral se informa de un desarrollo adecuado del lóbulo prefrontal, facilitando funciones ejecutivas como la planificación y el control de impulsos.
2. Estilo autoritario: riesgo de ansiedad y baja autoestima
La crianza excesivamente controladora y punitiva puede activar de manera crónica el eje hipotálamo-hipófisis-adrenal (HHA), asociado a respuestas de estrés. Esto se traduce en:
Niños más temerosos o con tendencia a la sumisión, un mayor riesgo de trastornos de ansiedad y depresión desde edades tempranas y por supuesto una baja autoestima, debido a la escasa validación emocional.
3. Estilo permisivo: dificultad en la regulación emocional
Aunque estos niños pueden sentirse queridos, la falta de límites genera dificultades como:
Baja tolerancia a la frustración, problemas de conducta, impulsividad y egocentrismo, asimismo un débil desarrollo de funciones ejecutivas, especialmente en el control inhibitorio y la planificación.
¿Entonces, cuál es el mejor estilo de crianza?
Sin duda alguna, los estudios han demostrado que se debe fomentar el estilo autoritativo, promoviendo el equilibrio entre afecto y normas. Por otro lado, se deben realizar intervenciones tempranas, especialmente cuando se detectan estilos disfuncionales
Muy importante:
La crianza no solo moldea la conducta, sino que literalmente esculpe el cerebro infantil. Un entorno parental afectivo, estructurado y empático es un factor protector clave frente a trastornos emocionales y conductuales.
Reconocer tu estilo de crianza y orientarlo a un sistema propio de flexibilidad y respeto al desarrollo del niño te permitirá ser congruente con tus acciones, sin causar estragos que son palpables en otras etapas como la adolescencia o adultez.