El cáncer es una formación anormal de algunas de esas células y tejidos, que debido a un problema en la transmisión de la información de los códigos genéticos a la hora de reponerlas, crecen y se multiplican de una manera desordenada y caótica, y terminan destruyendo el edificio de nuestro cuerpo si no se corrige a tiempo ese crecimiento desordenado y anormal.
Según donde se produzca ese problema de información, ese desarrollo desordenado de las células, aparecen distintos tipos de cáncer, el cáncer de útero es muy frecuente en los países desarrollados. Se cobra cada año alrededor de 8.000 vidas de alrededor de 40.000 casos diagnosticados.
En cáncer de útero -o cáncer de endometrio- es un tumor que aparece en el revestimiento epitelial de la parte superior del útero y es uno de los cánceres femeninos más frecuentes, al igual que el cáncer de mama.
¿Cuáles son los síntomas?
Este tipo de cáncer puede ser detectado tempranamente, ya que hay varios síntomas que nos pueden poner sobre la pista de un cáncer de útero:
- Sangrado vaginal entre reglas. Y reglas también anormales.
- Anemia, causada por la pérdida crónica de sangre, en especial si la mujer ha ignorado los síntomas de un sangrado menstrual prolongado o anormalmente frecuente.
- Flujo vaginal no habitual.
- Pérdida involuntaria de peso.
- Dificultad o dolor al orinar.
- Dolor durante la relación sexual.
- Dolor y calambres en el área de la pelvis.
Se puede detectar en un 90% en estados tempranos y por lo general es un cáncer que aparece en las mujeres obesas, en presencia de menopausia tardía, o aquellas que padecen hipertensión, diabetes, ciclos menstruales irregulares o síndrome de ovarios poliquísticos.
En algunos casos también puede presentarse de forma hereditaria, al igual que el cáncer de mama o de ovarios, cabe destacar también que el uso prolongado de estrógenos solos pueden aumentar el riesgo de contraer este tipo de cáncer endometrial, la mayoría de las mujeres con cáncer de útero tienen una historia de niveles elevados de estrógenos sin oposición.
Una de las funciones normales del estrógeno es estimular el crecimiento del revestimiento endometrial, un exceso de la actividad de estrógeno, en especial acompañado de insuficientes niveles del opositor natural del estrógeno, la progesterona, puede producir hiperplasia endometrial, que es un precursor de cáncer.
Una elevación de los niveles de estrógeno puede ser debido a:
- Obesidad, en especial >15 Kg de sobrepeso;
- Estrógeno exógeno (medicamentos)
Otras condiciones asociadas al cáncer de endometrio incluyen:
- Hipertensión arterial
- Síndrome del ovario poliquístico
- Mujeres nulíparas; es decir, que nunca han llegado a un embarazo;
- Infertilidad o la incapacidad de quedar embarazada;
- Menarquia precoz, comienzo de la menstruación a una muy temprana edad;
- Menopausia tardía, la cesación de la menstruación a una muy tardía edad.
Se ha notado que las mujeres con un historial de pólipos endometriales u otros crecimientos benignos del revestimiento uterino, así como mujeres post-menopáusicas que usan terapia de reemplazo de hormonas estrogénicas tienen un riesgo mayor de contraer cáncer del endometrio.
Medidas preventivas
En su mayoría, este cáncer endometrial no puede prevenirse aunque sí hay algunos consejos que pueden colaborar a prevenir sus riesgos:
- Ten presente evitar el uso prolongado de anticonceptivos orales.
- En caso de sobrepeso u obesidad, hay que controlarla, así como también los casos de diabetes.
- Cabe destacar como siempre lo recordamos, lo importante que es llevar una alimentación saludable, y realizar actividad física.
- No dudes en consultar a tu ginecólogo de confianza.