La ansiedad es un estado natural en el ser humano que aparece en distintas etapas de la vida, las mujeres a diferencia de los hombres biológica y fisiológicamente llevan el proceso de embarazo, por tanto, la ansiedad aparece previo a este periodo.
La ansiedad previa al embarazo suele ser frecuente cuando es una decisión consensuada entre la pareja o se da un retraso debido a problemas de infertilidad dado que empiezan los procesos de estrés y tensión por lograr ese embarazo, en estos casos los agentes estresores corresponden a los esfuerzo hechos y el tiempo que implica alcanzar el embarazo.
El estrés es uno de los estados emocionales que mayor causa ansiedad e incide negativamente en los procesos naturales de concepción y tratamientos de reproducción asistida. Este estrés se debe a las expectativas que se tienen y las emociones que se derivan, entre ellas la culpa y la frustración.
La culpa aparece por cualquiera de los lados al culpabilizar o sentirnos así al no lograr la meta de concebir, buscando argumentos para excusarnos de tal retraso o “fallo”, la frustración en su lugar se da cuando ponemos altas expectativas en los tiempos y resultados en que queremos lograr el embarazo, pues hacemos participe la emoción del enojo, la ira y la desilusión por no tener el resultado positivo tan anhelado.
Esta situación de ansiedad y todas las emociones que la acompañan se vuelven una espiral psicológica negativa que incide directamente en los procesos fisiológicos de la ovulación y por ende la ovulación.
Debemos considerar, que como hemos mencionado anteriormente la ansiedad es un estado normal en el ser humano y por supuesto es normal que aparezca previo al embarazo, sin embargo, debemos conocer señales de alarma que nos indiquen cuando estamos excediendo ese límite entre lo normal y la necesidad de ayuda psicológica.
En primer lugar, idealizamos el proceso y aseguramos que lo vamos a lograr sin prever agentes o situaciones que puedan alargar el proceso, posteriormente automatizamos los pensamientos ya sea cercanos a una positividad toxica (que impide buscar ayuda adecuada y especializada) o negatividad absoluta, también se presentan cambios de humos y mayor explosión de las emociones, entre ellas principalmente tristeza, ira y la frustración.
Por otro lado, se muestran fijaciones (incluso obsesivas) respecto a lograr el embarazo descuidando por mucho las distintas áreas de vida –amorosa, laboral, social y familiar- pues todos nuestros comportamientos y pensamientos giran en torno a este tema, y por supuesto las desregulaciones en los procesos fisiológicos de sueño y alimentación, ya sea por aumento o disminución en estos.
Por ello es muy importante reconocer estas señales y buscar ayuda especializada al necesitarla, pues la gestión adecuada favorecerá estados de relajación, tranquilidad y estabilidad mental-emocional que inciden favorablemente en lograr un embarazo
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