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lunes, octubre 28, 2024

Asma y embarazo

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El asma es una enfermedad crónica, normalmente de tipo alérgico, que afecta a las vías respiratorias, cuando una persona asmática entra en contacto con algún alergénico o irritante sus vías reaccionan estrechándose, por lo que los pulmones reciben menos aire, los ataques de asma suponen un agravamiento de los síntomas, lo que normalmente implica tener que acudir a urgencias, y puede llegar a producir efectos fatales, lo que es más peligroso el asma en embarazadas.

Los principales desencadenantes del asma que deben de ser evitados si sufres esta patología son:

1. El humo del tabaco, y no solo respirarlo directamente, sino incluso las partículas que quedan depositadas en la ropa de los fumadores afectan a las personas asmáticas.

2. Los ácaros del polvo constituyen es uno de los factores más complicados de eliminar completamente, ya que se encuentran en la mayoría de los textiles en los hogares, como colchones, ropa, muebles tapizados o alfombras, e incluso en los libros.

3. El pelo o el plumaje de algunas mascotas también puede ser un factor desencadenante.

4. Existen en general muchos otros, como el polen, el moho, los aerosoles y un largo etcétera.

Cada paciente puede verse afectada en mayor o menor medida por cualquier patógeno ambiental, y quien mejor lo debe reconocer y evitar es también uno misma.

Varios estudios realizados en mujeres con asma y embarazadas no son concluyentes al respecto que exista empeoramiento ni mejora de esta afección respiratoria durante el tiempo que dura la gestación, entre la población estudiada se detectó que aproximadamente solo un 8 % sufría un pequeño agravamiento al final del segundo trimestre, pero también muchas pacientes incluso mejoraban durante el embarazo.

Lo que sí es muy relevante destacar es que un descontrol esta enfermedad durante el periodo de gestación sí que puede generar complicaciones muy graves, tanto para el feto (crecimiento restringido, parto prematuro o falta de oxígeno al nacer) como para la madre (preeclampsia o vómitos).

Se debe llevar a cabo el cuidado propio de cualquier mujer gestante, que pasa por acudir a revisiones médicas ginecológicas y tomar las vitaminas prenatales que se suelen indicar (ácido fólico, calcio o hierro).

También deberás vigilar tu dieta, hacer ejercicio de intensidad moderada, evitar el alcohol, la cafeína y los alimentos crudos y, en general, seguir una vida saludable para de esta forma cuidar también a tu bebé, si la enfermedad está controlada, el riesgo disminuye hasta hacerse casi nulo.

La medicación durante el embarazo es el mayor motivo de preocupación por la mayoría de las madres, puesto que la medicación a tomar durante el embarazo suele estar muy restringida. Pero no es el caso de lo que se suele prescribir para este tipo de patologia.

Si una mujer asmática embarazada sufre un empeoramiento, crisis o ataque de asma, es prioritario asegurar la oxigenación fetal y la salud de la madre,  para ello, lo ideal es la monitorización de la función del feto y el control por el especialista en obstetricia y neumologia

El uso de esteroides y broncodilatadores puede y debe utilizarse en madres gestantes, e incluso lactantes, ya que no son perjudiciales ni para el bebé ni para la paciente, es mucho más dañino no llevar un adecuado control del asma durante el embarazo.

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