Desde tiempos ancestrales hemos hablado y escuchado de la castidad y pureza que representa la virginidad en la mujer, pero este término hace más referencia al valor que tiene la mujer y el hombre desde cada cultura por no haber tenido relaciones sexuales.
Nos encontramos frente a una posición dogmática que encierra el valor de la mujer y el hombre por la ausencia de relaciones sexuales frente a cada cultura, nos referimos a virginidad en ambos géneros biológicos desde la sociedad como la penetración pene-vagina, pero actualmente y desde las nuevas o conocidas prácticas sociales de sexualidad se considera virginidad a la ausencia estricta de sexo ya que desde muchas corrientes se habla de otras formas de tener sexo y no precisamente la penetración pene-vagina, ejemplo de ello es el sexo oral o sexo anal, de la misma manera nos enfrentamos con personas gays, lesbianas, bisexuales y pansexuales que probablemente no tendrán penetración pene-vagina pero si han experimentado o experimentaran otras prácticas sexuales.
En la mujer (siguiendo con un concepto simplista y cultural) desde la parte biológica y medica se define la virginidad como el mantenimiento del himen vaginal hasta el primer momento de contacto sexual y penetración del pene en la vagina, en el caso del hombre hablamos (igualmente desde un concepto simplista y cultural) de la falta de penetración de su pene en una vagina, en cada genero biológico hay un constructo psicosocial que se ha creado para determinar tanto valor como masculinidad y hombría.
Desde un abordaje psicológico, hablamos que la virginidad se considera un constructo psicosocial porque cala directamente en la psiquis de cada individuo como un término social de relevancia fundamental que nos obliga a actuar de acuerdo a normas sociales, en el caso del hombre se crea un concepto de masculinidad negativa y hombría por su primera relación sexual con una mujer, el esquema de poder que tiene el hombre frente a la mujer también juega un papel fundamental y por ende la ausencia o falta de relaciones sexuales a cierta edad desencadena dificultades de relación con sus pares y superiores pues induce a dudas sobre su preferencia sexual y debilidad masculina.
En el caso de la mujer podemos decir que es ciertamente más complejo pues socialmente y bajo el constructo machista, la ausencia de relaciones sexuales suma un valor alto a la misma como persona, se habla de respeto asimisma, pureza y castidad, contrario a esto el haber tenido relaciones sexuales a cierta edad deriva en vergüenza tanto para ella como la familia, promiscuidad, falta de respeto a la familia y cultura e incluso ir en contra de la cultura misma.
Pero ¿Por qué se actualmente se considera un constructo psicosocial? Pues la respuesta se centra en aspectos como el valor que tiene cada persona dado que no varía ni disminuye por las relaciones sexuales, en cambio, se considera que abres las puertas a una esfera mayor de autoconocimiento y descubrimiento de tus gustos, preferencias y deseos, por otro lado, es decisión de cada quien creer o considerar sus inicios con prácticas sexuales no convencionales (penetración pene en la vagina) pues la sexualidad es mucho más amplia que eso, existen muchas maneras de satisfacer los deseos sexuales y son intrínsecos (internos) a lo que queramos experimentar.
Una idea subjetiva que deriva de ideales desfasados que no tienen validez en la actualidad.
La virginidad y todo el valor que desencadena, desde la psicología, se basa en una idea subjetiva que deriva de ideales desfasados que no tienen validez en la actualidad y que chocan con las prácticas sexuales que existen hoy en día, la interiorización de este constructo puede derivar en dificultades para el inicio pleno y efectivo de nuestra sexualidad, de nuestras preferencias y obligarnos a vivir (por querer encajar en ideales y costumbres) un estilo de vida que no es congruente con nosotros mismos y con el contexto actual.
Los psicólogos afirman que la virginidad y por ende el valor que esta significa para cada persona es relativo a su capacidad de discernir sobre si mismo. El inicio temprano o tardío de la sexualidad esta en dependencia de las preferencias y deseos propios de cada etapa del desarrollo ya que es muy valido dar inicio a esta esta sexual desde la juventud, así como guardarse hasta e matrimonio.
En conclusión, la virginidad y lo que la misma representa dependerá enormemente de la capacidad de juicio de cada persona, del deseo de experimentar y abrir la esfera de la sexualidad a su ritmo ya sea este marcado por costumbres o decisión propia.